Por las escarpadas montañas de la geografía antioqueña se encuentra una impresionante red de vías terciaras. Son 2.525 vías que suman 11.630 kilómetros que no solo conectan a las poblaciones rurales que habitan en nuestro departamento, sino que dinamizan la económica popular y campesina. Sin embargo, la realidad se torna crítica cuando nos enteramos de que el 90% no dispone de recursos para su cuidado y mantenimiento.
No me cabe la menor duda de que el desarrollo de Antioquia pasa por el mantenimiento de su red de vías terciarias. Así también se contempla en el Acuerdo de Paz, pues la reforma rural contempló la creación de un Plan Nacional de Vías Terciarías como política de largo plazo para favorecer la integración regional, el acceso a los servicios sociales, reducir el precio de los alimentos, y mejorar la calidad de vida de las comunidades campesinas.
De ahí que el Gobierno Nacional venga impulsando el programa “Caminos comunitarios para la paz” como estrategia de doble impacto; primero, para avanzar en el mantenimiento de la red terciaria; y segundo; para favorecer la reactivación económica.
El reto se encuentra en que Antioquia se convierta en un territorio priorizado en este programa; para ello, se deben generar las condiciones para fijar metas de mantenimiento y pavimentación por cada subregión, empezando por aquellas con la capacidad de convertirse en verdaderas despensas alimentarias, y siguiendo con las más afectadas por el conflicto armado, ya que la paz se debe construir de la mano de oportunidades de integración con vías de acceso, asistencia técnica, y rutas de comercialización.
Por eso, resulta tan lamentable que los recursos destinados a las vías terciarías no se vean, que se pierdan en entramados cuestionables y de corrupción, solo hay que ver como recientemente la Procuraduría le abrió un proceso al gobernador Aníbal Gaviria por presuntas irregularidades en la contratación del mejoramiento de las vías terciarias. ¡Con un posible detrimento patrimonial en un contrato de 22.700 millones!
La corrupción, el amiguismo y la ineficiencia de los gobiernos de turno no pueden seguir amenazando la calidad de vida de nuestros campesinos.
En eso coinciden todos los candidatos a la Gobernación, pues todos insisten en la necesidad de avanzar en una ambiciosa estrategia de mantenimiento y pavimentación de la red de vías terciarias, pero lo cierto es que en el pasado ya se han fijado metas que no se han cumplido y con Aníbal Gaviria el avance fue realmente precario. Se necesita mucha articulación y transparencia en los procesos. Algo que buscaré sea una realidad desde mi gestión como diputado en la Asamblea Departamental.